viernes, 6 de marzo de 2009

Persecuciones, por Joseba Santamaría

Diario de Noticias, 8 de febrero de 2009
 
¡A la mierda! Expresión memorable de José Antonio Labordeta en defensa de las libertades democráticas cuando el régimen aznarista imponía un modelo político basado en la manipulación, la tergiversación, la mentira, la señalización con el dedo y persecución posterior y el insulto. Cuando una sociedad acepta sumisa que se utilice la mentira y la intoxicación para confundir la verdad, ocultar responsabilidades políticas, desviar la atención de los hechos reales y avalar el amedrentamiento personal está abriendo camino al viejo fantasma del fascismo que recorrió Europa el pasado siglo. Al director del Instituto de Iturrama, Pedro Otaduy, se le está aplicando la más infame ley de persecución con acusaciones falsas, insultos y siembra de dudas interesadas tras las que intentan ocultarse los responsables reales de que, al parecer, un grupo de jóvenes, algunos menores, protagonizaran en ese recinto escolar un absurdo homenaje a dos miembros de ETA fallecidos, al que además se le dio repercusión pública colgando imágenes en una web próxima a la izquierda abertzale oficial . También se le están aplicando las consecuencias de la indigna ley del aprovechamiento político que asuela este país a costa de la violencia terrorista: en este caso, una intervención judicial desmedida e infumable -al dictado de los intereses políticos de Madrid- contra esos jóvenes. Ni de un hecho ni del otro es responsable. Es fácil conocer a Pedro Otaduy y su trabajo, y comparto los valores sociales, culturales, democráticos y humanistas que defiende para la educación de las nuevas generaciones. Como la gran mayoría de padres y madres que educan a sus hijos en euskera en Iturrama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario